 | Ramón Ojeda Mestre Los viscosos problemas de Cancún Organización Editorial Mexicana 23 de mayo de 2011 |
Municipio de Benito Juárez, Quintana Roo Únicamente los mayores de cincuenta años recordarán cómo nació Cancún en el municipio de Benito Juárez. Me refiero a ese Cancún devino en uno de los más importantes destinos turísticos del mundo y en el que compartimos momentos muy agradables con el Dr. Ramón Martín Mateo, exrector de la Universidad de Alicante y miembro de la Corte Internacional de Arbitraje Ambiental, quien hoy pasa por duros desafíos para su salud según comentó la reconocida arquitecta Martha Hernández de Donostia. Ojalá pronto se reponga, porque Martín Mateo, aparte de amigo muy querido, es el principal maestro y autor de Derecho Ambiental en toda la península.
Tal vez la crisis espantosa que vive España, con sus plazas ocupadas por cientos de miles de manifestantes por el deterioro económico, social, político y sobre todo financiero, de la nación que gobierna el PSOE de Rodríguez Zapatero, haya agravado el malestar de un espíritu sensible y agudo como el del sorprendente intelectual y exconsejero de Estado Martín Mateo.
Si volviera a Cancún, o Eduardo Pigretti el argentino y Michel Prieurde de Francia, quienes también estuvieron hace poco desempeñando un destacado papel en el análisis y propuestas para afrontar las crisis ambientales de ese punto turístico internacional, notarían los tremendos problemas que está teniendo Cancún. Caos en el manejo de la basura, problemas de inseguridad, de tratamiento de aguas, de ordenamiento del territorio, de uso del suelo, de construcciones ilegales, de tensión entre hoteleros, Gobierno y ONGs, de agresión al paisaje con anuncios de todo tipo, de proliferación de giros negros de descontrol en el ambulantaje, de abusos de los prestadores de servicios turísiticos y muchos otros, no podrían pensar que aquel Cancún que soñaron Luis Echeverría Álvarez o el Fonatur que sembraba esperanza en los polos de "desarrollo" iban a acabar con ese extraño muégano que vemos ahora.
Hay que ver la increíble contaminación de la Laguna de Nichupté, las descargas cínicas de aguas negras y grises a ese frágil cuerpo de agua superficial donde los procesos de eutroficación se han convertido en un dolor de cabeza de quienes saben la gravedad de esa descomposición. No hay duda de que el actual gobernador del estado, que es un quintanarroense auténtico, sabe todo esto y más, pero muchos de los problemas competen al presidente municipal, que no se deja ayudar y al Gobierno federal que se desentiende de las cuestiones ambientales y de recuperación social.
Los de las empresas turísticas están bajo una presión de muchos metajules o megabarios y sienten, como decía el poeta Jaime Sabines, que "su hermoso lenguaje se les angosta en el momento mismo del quebranto", pues la competencia internacional está que arde. Que arde, más que los bosques que se perdieron por el descuido de la Semarnat y del gobernador de Coahuila como lo restregó antier el empresario incómodo Garza Lagüera, hijo de Garza Sada.
Así, los hoteleros, restauranteros, taxistas, lancheros, cantineros, comerciantes en artesanías, en arte o de ropas del más variado jaez, se hayan amagados por una crisis que se manifiesta polisémicamente. Ojalá que el alcalde reaccione bien y a tiempo y pueda encontrar el liderazgo en la comunidad que se necesita para enfrentar esos problemas con un respaldo efectivo de la sociedad que no ha logrado. Tiene, en la Universidad del Caribe, cuyo consejo consultivo preside el gran Rodrigo de la Peña con su magnífico rector Arturo Escaip Manzur, un extraordinario respaldo, pero también están allí otras universidades de primera para apoyarse, si se quiere y se sabe cómo incluirlas en un programa de superación con criterios modernos e incluyentes. ¿Podrán entender lo que es la gestión integral de zonas costeras?
rojedamestre@yahoo.com
Nota del Editor:
No toda la culpa es de los alcaldes, sino de la corrupción judicial como se desprende de esta noticia reciente publicada en Milenio:
Cancún.- Después de que la secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno federal declaró que el grupo Aeropuertos del Sureste (Asur) debe pagar su impuesto predial al municipio de Benito Juárez, el alcalde Julián Ricalde Magaña logró que por primera vez, después de cuarenta años en operación el Aeropuerto se comprometiera a cubrir sus impuestos.
Antes pasaron más de diez administraciones municipales que trataron infructuosamente de que la terminal pagara sus cuotas prediales; a partir de la inauguración de la terminal en la década de los setentas, la paraestatal Aeropuertos y Servicios Auxiliares (Asa) nunca aceptó abordar el tema.
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