El puerto de Veracruz es capital del Estado, el símbolo de las más atroces invasiones extranjeras y el único autorizado para darle el gentilicio de jarocho a los ingeniosos, y filosos lenguaraces que entre blancos zapateados y décimas versificadas arman unas fiestas llamadas fandangos.
Imposible hablar en un solo artículo del municipio del país que más siglos tiene de haber sido bautizado con el nombre actual, por lo que solo lo haremos esta vez desde uno de los sentidos, el del gusto, con dos o tres productos muy representativos.
Chilpa denomina entre los mexicanismos lo pequeño, seguro de ahí que a los niños les venga el sobrenombre de chilpayates. Chilpa es un chile pequeñito y la base de una de las salsas más deliciosas.
Mezcle un poco de crema no demasiado espesa con tres cucharadas de mayonesa, ajos al gusto y chilpas al gusto. No les agregue conservadores de ningún tipo y gozará usted de una salsa deliciosa que puede vertir en pescados, ensaladas o carnes.
Preguntamos a un vendedor porque el licor de hierbas que expendía por un precio muy inferior al chartreuse francés tenía un color verde bandera, mientras que el que daba a probar era verde olivo. Nos explico que como se trataba de bebidas artesanales, sin colorantes ni conservadores artificiales, una pequeña variación en el tiempo de cocción podía hacer que la imagen variara aunque la diferencia de sabor fuera imperceptible.
Bendita cocina sin artilugios comerciales, de la misma manera la salsa chilpa puede ser un poco más clara u oscura, aun embotellada para su venta, pero esto no significa menor calidad, sino justo lo contrario, la ausencia de aditivos, a saber si incluso cancerígenos, con los que las marcas comerciales nos hacen salivar para tener el efecto sicológico de que algo está sabroso. Hay de mi, nada más repulsivo que un cubito de Knorr Suiza o Rosa Blanca en un arroz. El glutamato monosódico me recuerda la miseria extrema de quien a falta de un plato de sopa tenía que disimular el sabor de agua caliente para hacerse la idea de un caldo.
Solo dos sabores más de Veracruz: La vainilla y la miel de agave que junto con los toritos de piñon, coco y el café orgánico fueron los productos más degustados y demandados en la feria veracruzana que se organizó en la Ciudad de México, para ser más precisos en el Parque España. con el apoyo de la secretaría de educación del Estado.
La Ciudad de México no es digna de llamarse un Distrito Federal mientras s sabores y artesanías de la República Mexicana.
Ya se intentó esto alguna vez en la Glorieta de Insurgentes, pero las autoridadesiga careciendo de una plaza en la que los 365 días del año no puedan encontrarse los fueron más débiles y menos ingeniosas que los vendedores de ropa de teiboleras y películas pornográficas que se asientan en los alrededores. Sin personalidad o estilo, los negocios que se asientan sobre la calle de Oaxaca quiebran más que los que prosperan.
Esta edición y video más casero que profesional, le podrá dar una probadita de Veracruz. para que no se quede con el antojo
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